De las vueltas que da la vida

Por muy matemática que sea la naturaleza  para los simples humanos el universo siempre será algo imprevisible. Dejamos nuestras vidas transcurrir sin darnos cuenta por entre el movimiento cósmico de planetas, constelaciones y galaxias...sin saber a dónde nos lleva tamaña cantidad de materia, espacio, y tiempo...nuestro insignificante y valioso tiempo.
Afirma  Stephen Hawking en el título de una de sus obras que "El Universo es una cáscara de nuez",y aunque no lo dice con la intención que yo le quiero dar cabe la posibilidad de hacer interesantes interpretaciones. Si tomamos en cuenta nuestro universo, el "universo particular" de cada uno, y aplicamos la comparación de Hawking, podemos pensar que la vida, como una cáscara de nuez, es pequeña y dura, como esa escafandra que nos protege del exterior pero a su vez nos mantiene aprisionados. Así es la vida, nuestra pequeña y dura vida, ella no es nada sin nosotros y nosotros nada sin ella. Pero no vengo a hablar de la vida, vengo a hablar de nosotros..los que vivimos, de cómo hay que mediatizar el universo..pues uno tiende a pensar que el universo se nos escapa de las manos,que su entendimiento escapa a nuestra capacidad intelectual. Pero no es así. Igual que si a una caja con un perrito dentro le sacamos el perrito ya no es una caja con un perrito dentro, el universo, tan grandote como es, no es el mismo universo sin tí. Y sí algo tan grandioso, presumiblemente infinito, presumiblemente eterno, depende de tí ¿no crees que deberías poder tener el privilegio de decidir sobre el rumbo de tu vida?.

Igual que nos movemos por el espacio sin apenas notarlo, vamos viviendo simplemente dejando pasar los gerundios...nos dejamos llevar por la vida como un tronco arrastrado por un rio bravo que nos va estrellando contra las rocas,una tras otra hasta que nos quedamos hechos trizas en un recodo de la vida. Mi invitación va encaminada a hacernos caer en la cuenta de que no somos troncos, somos homo sapiens con brazos que nos permiten nadar y redirigir nuestro rumbo.

 El tiempo avanza en sentido contrario a nosotros, nos va robando la vida poco a poco , segundo a segundo...y no espera. Es por eso que debemos cambiar el orden: debemos ganar vida al tiempo, decidir qué queremos, dar pasos de gigantes y ser conscientes de que ninguna locura que podamos cometer será más locura que dejar que el tiempo se nos lleve las horas que nos quedan sin darnos nada a cambio.

Hay que tomar las riendas y poner rumbo a nuestros deseos, pues por muy dura que pueda parecer la cáscara de la nuez que nos rodea siempre podremos liberarnos de un buen manotazo que la rompa y nos lleve a ser esa mierdecita pasajera en el universo que somos...pero esa mierdecita un poco más feliz.