martes, julio 21, 2009

De la insignificancia y gran trascendencia de los problemas humanos.


Hace cosa de unos años conocí a un hombre por asuntos de negocios.Un hombre mayor, de delicado aspecto pero enérgíco en sus expresiones, andares y carácter.Ramses me aventaja en más de cuarenta años, una vida intensa de la que he ido conociendo detalles conforme iba creciendo nuestra amistad.Poco a poco me ha concedido el privilegio de compartir cuasi secretos con la gratidud que confiere el hecho de que provengan de una persona de tanta valía. Él , que manejaba un barco camino al destino que todo su entorno y su familia le había encomendado, un día paró el motor, un día pensó que no era ese su destino, que no tenía sentido ir hacia allá, que todos los que le rodeaban estaban equivocados.Y echó el ancla.

Desde que lo conozco vive aislado en su barco, sabiendo que todo lo viajado, sin ser en vano, no era lo que ahora haría ni querría.

-"Ver toda tu vida de un color, y cuando estás en la cima descubrir que eres daltónico."-

De intelecto inquieto, se dedica ahora a descubrir para sí mismo los secretos del universo.

-"Mira, Matt,científicamente está demostrado que la Naturaleza es pura Matemática.Matemáticamente existen al menos diez dimensiones y eso nos confirma que en la Naturaleza, paralelo a nuestro universo, coexisten diez universos más a los que "de momento" no tenemos acceso.Con las matemáticas buscamos ese acceso"

Hablamos horas y horas sobre el tema, sobre el extraño origen de las ideas trascendentales: los momentos aislados en los que a una persona se le ocurre "como por arte de magia" ,por poner un ejemplo, la ley de la gravedad, y de la posibilidad de que esa información privilegiada fuera filtrada sin saberse cómo de uno de los tantos universos paralelos hacia el cerebro del "iluminado" de turno.

Cuando volvía en coche a casa después de la charla, iba sorprendido no ya solo por las teorías que me había contado Ramses, sino porque interpreté que ese hombre, lejos de descubrir el universo lo que deseaba era descubrirse a sí mismo.Buscaba un origen a esa su idea trascentental que le había hecho ver la vida de otro color, se buscaba a sí mismo en un universo paralelo rodeandose de ecuaciones interminables que no eran más que una anestesia para su descolocada vida.
Hace poco supe que por fín Ramses fue capaz de levantar el ancla de su barco y emprender el rumbo a la búsqueda de su respuesta, y que tras atravesar diez universos y ver que no había encontrado nada entendió que su respuesta no podía ser otra que el seguir buscando. Buscar, buscar , buscar... y disfrutar de las aventuras del viaje.

Si el crucigrama de la vida tuviera una hoja final con todas las respuestas poco habría más inutil que la filosofía, embarcaos y disfrutad del viaje.

2 comentarios:

Mut dijo...

menuda historia...me encanta!!

Nils dijo...

Me alegro de que te guste Nati.Y lo mejor es que es toda real, salvo el nombre del protagonista.